“Hacen falta más espacios en lo que se aborde la salud mental y el cuidado de forma integral”

Leticia Ojeda, de Somos Aragón, partipante de la formación avanzada de Autorrealízate explica su experiencia. 

Entrevistamos a Leticia Ojeda, mujer transexual y técnica de iguales en la entidad Somos Aragón que realizó el curso de “Autorrealízate” este año. Comparte con nosotras sus reflexiones y el impacto que ha tenido esta formación en ella y en el grupo de mujeres transexuales trabajadoras del sexo con las que ha compartido los conocimientos aprendidos a través de la formación de Cesida impartida por Claudia Figna, psicóloga. “Autorrealízate” es un proyecto para formar a profesionales de distintas asociaciones de VIH sobre intervención psicoeducativa en autorrealización para que conozcan nuevas técnicas y realicen una mejor intervención social. La autorrealización es una idea que abarca varios conceptos: auto-aceptación, propósito en la vida, crecimiento personal, relaciones positivas con los otros, competencia ambiental y autonomía.

¿Qué impresión te has llevado de la formación de “Autorrealizate”?
Un reto mayor que el primer curso. El nivel de exigencia es más alto, los temas son más delicados. Es más introspectivo. Me ha ayudado a conocerme más a mí misma y reflexionar. 

¿Cuál ha sido el aprendizaje más significativo?
He sentido que hace falta mucho este tipo de espacios. He vivenciado la poca salud mental que tenemos como sociedad, por eso hacen falta más espacios en lo que se aborde la salud mental y el cuidado de forma integral. 

 ¿Con quién has aplicado la experiencia aprendida?
He continuado con el grupo de chicas trans que se dedican al trabajo sexual con quienes habíamos empezado a trabajar en el curso anterior. Las llamé para abordar una situación incómoda que estaba pasando y recordarles que somos una red, que podemos apoyarnos. He podido reafianzar el lazo que surgió en el primer curso y fortalecer las redes de ayuda. La ayuda mutua es la esencial. 

¿Cómo ha sido la experiencia para ti? ¿Cuáles han sido tus retos?
Ha cambiado la manera en la que percibo a mis compañeras trans. Trato más de valorar lo positivo y empatizar desde el amor y desde la objetividad. Es decir, las siento mucho más cercanas, comprendo sus procesos, pero tengo que mantener la distancia terapéutica para poder ayudarlas con la intervención. 

Y en las mujeres trans, ¿qué cambios has visto?
Ellas se convierten en agentes de cambio de su propio entorno. Aprenden la información y puede ayudar a otras mujeres en su misma situación. También recurren más a mí, están más abiertas a compartir lo que les sucede. Tienen más idea de lo que es la ayuda mutua y tienen más información sobre su salud. Están abriendo horizontes hacia otras salidas profesionales que no sea solo el trabajo sexual. Están más integradas socialmente. 

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