Los tratamientos antirretrovirales han convertido la enfermedad en crónica, alargando la supervivencia de los pacientes y provocando que éstos padezcan, con mayor frecuencia y precocidad que el resto de población, enfermedades cardiovasculares, neoplasias o trastornos neurocognitivos.
El Hospital de Bellvitge ha destacado en un comunicado la importancia de la estimulación cognitiva para la mejora de la calidad de vida de estos pacientes, ya que el sistema nervioso central es una de las primeras partes del cuerpo donde se aloja el virus del sida.
El jefe de la Unidad de VIH – sida de Bellvitge, Daniel Podzamczer, ha recordado que aunque el virus no ataca directamente las neuronas, su actividad acaba provocando una reacción inflamatoria de estas células que se puede traducir en trastornos neurológicos.
«Los pacientes con edades más avanzadas tienen más riesgo de sufrir trastornos neurocognitivos, ya sea por la influencia del VIH, por la propia edad o por otras enfermedades más prevalentes en estos pacientes que también influyen, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes o la hepatitis crónica, entre otros», según Podzamczer.
Para determinar la causa del trastorno neurocognitivo en el paciente con VIH, el protocolo de valoración, diagnóstico y tratamiento incluye un test de cribado inicial que, si detecta alteraciones, continúa con pruebas más específicas que pueden incluir resonancias magnéticas y, finalmente, punciones lumbares para confirmar el origen vírico del trastorno.
«Si se confirma el origen vírico, la principal opción terapéutica es adecuar el tratamiento antirretroviral a una pauta que penetre mejor en el sistema nervioso, si bien también están en fase de investigación tratamientos coadyuvantes que actúen directamente contra los procesos inflamatorios que provoca el virus en las neuronas», según Podzamczer.
El grupo de Bellvitge ha elaborado un documento de consenso sobre el manejo clínico de los trastornos neurocognitivos asociados a la infección por el VIH con el fin de ayudar a estos pacientes, que hoy publica la Revista de Enfermedades Infecciosas.
El documento se dirige a profesionales clínicos y psicólogos y ofrece herramientas para poder enfrentarse a un problema cada vez más presente, según su responsable, que asegura que «el manejo activo y preventivo de los trastornos neurocognitivos es primordial para mantener la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes infectados por VIH».
Los especialistas han destacado también la importancia que las unidades de VIH/sida incorporen un neuropsicólogo que haga una intervención especializada en todo este proceso. «En la prevención de estos trastornos neurocognitivos es clave, en primer lugar, realizar estilos de vida saludables, evitando el tabaco, el alcohol y las drogas, así como el tratamiento precoz ante cualquier síntoma de estos trastornos o bien de otras enfermedades que puedan favorecer su aparición», explica Podzamczer.
Diversos estudios que han aplicado tests de cribado de alteraciones neurocognitivas en pacientes con VIH/sida han detectado que entre un 20 % y un 50 % de pacientes, según las series, presentan estas alteraciones.
En muchos casos se manifiestan con síntomas poco severos (como pequeñas pérdidas de memoria) o incluso son asintomáticas, si bien también hay puntualmente afectaciones neurológicas severas.
Los principales factores que aumentan el riesgo de trastornos neurocongnitivos en pacientes con VIH son el hecho de que el paciente haya pasado por un período de inmunodepresión, que su carga viral no esté controlada, o que el tratamiento antirretroviral que recibe no sea el más indicado para este propósito, ya que no todos los fármacos penetran igualmente en el sistema nervioso.