Discontinuar el tratamiento contra el VIH supone un incremento del coste del 21%

Las terapias antirretrovirales (TAR) se introdujeron en 1987 en España, pero es con la llegada de la siguiente generación de medicamentos, los llamados Tratamientos Antirretrovirales de Gran Actividad (TARGA), cuando los resultados comienzan a ser más eficaces.

Desde finales de los ochenta del siglo pasado hasta 2018, España ha invertido 6.185 millones de euros, lo que supone el 2,86 por ciento del total del gasto del Sistema Nacional de Salud (SNS), en productos farmacéuticos. El éxito de la inversión ha quedado reflejado en los datos de la pandemia, ya que los índices de mortalidad han descendido de manera drástica, hasta convertirla en una infección crónica.

El coste asociado al tratamiento no sólo depende del coste directo del medicamento que inicialmente se elija sino también de los problemas que puedan surgir durante el proceso. Al iniciar, pues, un tratamiento contra el VIH, es importante valorar todos los fármacos de forma individual y el riesgo de una mala adherencia, teniendo en cuenta el estilo de vida y las comorbilidades de cada persona a la hora de elegir el esquema terapéutico.

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