Aunque los niveles de infección eran históricamente muy bajos en estas zonas, se han hallado importantes niveles de transmisión del VIH según los resultados de un estudio publicados en ‘Plos Medicine’.
Investigadores han detectado una epidemia emergente del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) entre las personas que consumen drogas inyectadas en varios países de Oriente Medio y el Norte de África. Aunque los niveles de infección eran históricamente muy bajos en estas zonas, se han hallado importantes niveles de transmisión del VIH y epidemias de VIH entre las personas que se inyectan drogas en al menos un tercio de los países de esta zona, según los resultados de un estudio publicados en ‘Plos Medicine’.
Las epidemias de VIH entre las personas consumidoras de drogas inyectables (PWid, por sus siglas en inglés) son recientes en general, comenzando en gran parte hacia 2003 y aumentando después en la mayoría de los países. Sin embargo, varían por zonas, de forma que en países como Afganistán, Bahrein, Egipto, Irán, Marruecos, Omán y Pakistán, en promedio, entre el 10 y el 15 por ciento de PWid son VIH positivos.
Las epidemias de VIH en estos países parecen estar creciendo. Por ejemplo, en Pakistán, el número de PWid que están infectados por el VIH ha pasado de un 11 por ciento en 2005 a un 25 por ciento en 2011 y, en Irán, la epidemia de VIH entre PWid se ha estabilizado en alrededor del 15 por ciento. Sin embargo, hay otros países donde se ha visto que la transmisión del VIH entre Pwid es reducida, como en Jordania, Líbano, Palestina y Siria.
«No sólo hemos encontrado un patrón de nuevas epidemias de VIH entre PWid en la zona, sino que también vimos indicaciones objetivas de que podría haber epidemias del VIH ocultas en esta población marginal en varios países que todavía tienen datos limitados», afirma Ghina Mumtaz, autora principal del estudio y epidemióloga senior del Grupo de Enfermedades Infecciosas y Epidemiología en el ‘Weill Cornell Medical College’ en Qatar.
«Por ejemplo, en Libia, el primer estudio sobre personas que se inyectan se ha llevado a cabo recientemente y ha dado a conocer niveles alarmantemente altos de infección por el VIH, lo que sugiere que el virus se ha ido multiplicando de forma que ha pasado desapercibida en esta población durante al menos una década. El 86 por ciento de PWid en Trípoli, capital de Libia, está infectado con el VIH, uno de los mayores niveles detectados entre PWid a nivel mundial», alerta.
El estudio estima que hay alrededor de 626.000 personas que se inyectan drogas en Oriente Medio y el Norte de África, lo que se traduce en 24 personas que consumen drogas inyectadas cada 1.000 adultos en esta parte del mundo. Estos individuos suelen participar en varios tipos de comportamiento que les exponen a la infección por el VIH, como el uso compartido de agujas o jeringas, una actitud que reconoció haber tenido aproximadamente entre el 18 y el 28 por ciento de los usuarios de drogas inyectadas en estos países durante su última inyección de droga.
«Los niveles de infección por el VIH entre las personas que se inyectan drogas explican sólo la mitad de la historia. También vimos altos niveles de prácticas de riesgo que probablemente expondrán a esta población a promover la transmisión del VIH en los próximos años, señala el doctor Laith Abu-Raddad, investigador principal del estudio y profesor asociado de Salud Pública en el Grupo de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas en el ‘Weill Cornell Medical College’ en Qatar.
«Hemos detectado que casi la mitad de las personas que se inyectan drogas está infectada por el virus de la hepatitis C, otra infección preocupante que también se transmite mediante el intercambio de agujas y jeringas», ha añadido.
Dado que la epidemia de VIH entre las personas que se inyectan drogas en Medio Oriente y África del Norte se encuentra todavía en una etapa temprana en general, los investigadores creen que existe una oportunidad para evitar que estas epidemias sigan creciendo y «limitar el potencial de transmisión del VIH a otros grupos de población», augura Mumtaz.
Aunque la mayoría de países se queda atrás en dar respuesta a la emergente epidemia de VIH entre PWid, varios han hecho progresos significativos en la expansión de programas de reducción de daños y la integración de este grupo en el tejido sociocultural de la zona.
«Cerca de la mitad de los países de la zona todavía carecen de datos suficientes para la evaluar los niveles de infección de VIH entre esta población y seguimos descubriendo estas epidemias varios años después de su aparición. Tenemos que estar frente a la epidemia para prevenir una carga de salud pública que esta zona no está en gran medida preparada para manejar», concluye Abu-Raddad.