El Defensor del Paciente denuncia ante la Fiscalía de Aragón la denegación de tratamiento contra la Hepatitis C

«La vida de las personas vale lo mismo si disponen de medios o no, máxime cuando se ha estado cotizando para cuando surge una enfermedad».
El Defensor del Paciente ha solicitado a la Fiscalía de Aragón que abra una investigación sobre la «negación de socorro» a un enfermo de hepatitis C «en peligro de fallecimiento» si no le dan un tratamiento «con demostración de mejoría asegurada o curación y que le ha sido denegado».
En el escrito remitido al fiscal jefe de Aragón, Alejandro Fernández Furque, firmado por la presidenta de la Asociación Defensor del Paciente, Carmen Flores, se explica que esta negativa a dar el tratamiento al paciente «sería o es una denegación de auxilio tipificado en el código penal».
«Entendemos que esto es como ver cómo muere un paciente pudiéndole dar remedio», según el texto del escrito, facilitado a los medios de comunicación por esta organización.
Carmen Flores alega que se le ha negado a este paciente la medicación a pesar de estar «comprobada su eficacia» y de ser un tratamiento «aprobado por las sociedades científicas».
«La vida de las personas vale lo mismo si disponen de medios o no, máxime cuando se ha estado cotizando para cuando surge una enfermedad».
El paciente, R.S.I.E., de un consultorio de Zaragoza fue diagnosticado hace 25 años de Hepatitis C, una patología a la que «los médicos de cabecera no le dieron importancia» en un principio hasta que le hicieron después de años más pruebas y se dieron cuenta de que tenía «cirrosis», explica su esposa, B.I.R., en una carta que remitió al Defensor, y que también ha sido facilitada a la prensa.
Además de la hepatitis este hombre tiene diagnosticada una colitis ulcerosa, una enfermedad crónica que afecta al intestino.
Para tratar su hepatitis C, el paciente tiene dos opciones, según explica su esposa, una un tratamiento retroviaral «de duración aproximada de un año», que teniendo en cuenta su proceso «complicado, sumamente delicado, podía tener consecuencias altamente negativas para su salud» y una segunda opción que «desde hace unos pocos años se viene aplicando en la Comunidad Europea con un éxito del casi 100% en pacientes».
Esta última opción tiene «la ventaja de ser mucho más breve» el tratamiento y que «no lleva aparejado ningún tipo de efecto secundario».
En España, según la paciente, «este tratamiento se ha estado aplicando de forma mucho más restrictiva, principalmente a consecuencia de los «recortes en sanidad» de los últimos tiempos.
La mujer explica que la especialista que le trata les ha comentado que este segundo fármaco se usa en España para los pacientes que tienen menos de medio año de esperanza de vida y que el Ministerio de Sanidad tiene prevista la prescripción del mismo de manera generalizada para todo tipo de pacientes pero dentro de dos años.
La doctora le aconseja aplicar la primera opción y no esperar dos años, pero tras encuentros casuales con otros especialistas, consideran que este hombre tiene «muy baja probabilidad de éxito debido a su perfil».
Por todo ello, y teniendo en consideración el importante agravante que supone la enfermedad crónica digestiva, ha pedido ayuda al Defensor del Paciente para que le proporcionen este segundo tratamiento.

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