En la reunión se han congregado 12.000 participantes de todo el mundo bajo el lema Acelerar el ritmo.
La XX Conferencia Internacional sobre sida que acaba de arrancar en Melbourne (Australia) va a estar sin duda marcada por la tragedia del vuelo MH17 de Malaysia Airlines. La ceremonia de apertura del domingo estuvo marcada por la trágica pérdida de seis científicos e investigadores que iban camino de la Conferencia cuando el avión fue derribado por un misil y 298 personas perdieron la vida.
Entre los fallecidos destacaba Joep Lange, uno de los mayores expertos internacionales en VIH. El actual presidente de la sociedad auspició un minuto de silencio para recordarle a él y a sus otros cinco compañeros, todos ellos renombrados investigadores del VIH. El embajador holandés para la Salud Sexual y Reproductiva -país del que proceden la mayoría de las víctimas- leyó una carta de condolencia y apoyo a los fallecidos y a sus familias. Además, se ha puesto a disposición de los participantes de la conferencia un libro de condolencias y este martes está previsto que se haga una vigilia con velas.
En la reunión se han congregado 12.000 participantes de todo el mundo bajo el lema Acelerar el ritmo. El objetivo, según informa la Sociedad, es discutir los últimos avances en investigación y escuchar a través de expertos en qué momento se encuentra la epidemia. Durante los cinco días que durará la conferencia se discutirá acerca de temas de actualidad, haciendo hincapié en las estrategias y retos de curación del virus: la prevención a través de la proxilaxis pre-exposición, el tratamiento con antirretrovirales como prevención, la circuncisión masculina voluntaria, la tuberculosis y la coinfección de hepatitis C o el VIH y los anticonceptivos hormonales.
En la sesión de inauguración, los oradores pusieron en valor los datos alentadores de acceso a tratamiento y nuevas infecciones por VIH, pero se recordó a la audiencia que el virus está lejos de ser derrotado y que el estigma y la discriminación hacia las poblaciones clave afectadas representan una barrera importante para el final de la epidemia.
Y es que uno de los objetivos de esta conferencia es, precisamente, reafirmar la importancia de la no discriminación de estos colectivos clave -los hombres que tienen sexo con otros hombres, las profesionales del sexo, los transexuales, y las personas que consumen drogas- para dar una respuesta más eficaz al virus. Los asistentes recordaron la importancia de los programas de salud pública, y la necesidad de que no existan leyes discriminatorias y estigmatizantes que conduzcan a políticas que aumenten la vulnerabilidad de estas personas frente al sida.
«La gran expansión de los programas de VIH ha supuesto que el sida deje de ser una sentencia de muerte para muchas personas para pasar a ser una enfermedad crónica manejable» ha dicho el profesor Françoise Barré-Sinoussi, actual presidente de la Sociedad Internacional de SIDA. «Sin embargo -añadió- estos logros todavía no son suficientes, ya que 22 millones de personas siguen sin acceso a tratamiento«.
Por su parte, Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, señaló que los esfuerzos para aumentar el acceso a la terapia con antirretrovirales están funcionando. Las cifras así lo avalan: en 2013, 2.3 millones de personas accedieron a su medicación contra el VIH, lo que eleva el número total de personas en tratamiento a casi 13 millones a finales de 2013. «Si aceleramos la ampliación de los servicios podremos terminar con la epidemia en 2030. Si no, corremos el riesgo de que se tarde mucho más tiempo» advirtió Sidibé.
Finalmente, se alabaron los esfuerzos del país anfitrión en la lucha contra el sida. «La investigación, el enfoque político y la inclusión de los grupos en riesgo han sido varias de las claves para que Australia tenga hoy una de las tasas más bajas del mundo de infección por VIH» dijo el profesor Sharon Lewin, copresidente local de SIDA2014. La conferencia durará hasta el próximo viernes 25 de julio en el Centro de Exposiciones y Congresos de Melbourne (Australia).