- “Ha sido absurdo incinerar el sofá manchado con la sangre de la persona atendida”.
- El estigma y la falta de información siguen siendo los principales obstáculos para dar una respuesta eficaz ante el VIH.
La Asociación Ciudadana Cántabra Anti Sida valora que la noticia aparecida el pasado en El Diario Montañés sobre la atención, por parte de los empleados de una tienda en Santander, Bomberos y Policía local, a un hombre con VIH que sangraba ligeramente, es un claro ejemplo de la falta de información que aún existe entorno a la trasmisión del VIH.
ACCAS denuncia la vulneración de derechos de la persona atendida al revelar su estado serológico. “No entendemos cómo el hospital comunica la infección por VIH, información confidencial de un paciente, hecho muy grave además de considerar que los servicios sanitarios tienen la formación e información necesaria (incluida en la historia clínica) para valorar el riesgo ante un posible exposición, generando desconcierto y una alarma innecesaria”.
La entidad cántabra recuerda que la transmisión accidental con sangre infectada puede producirse mediante el contacto en una lesión o un instrumento punzante y que este riesgo tras una exposición con sangre infectada por VIH es de entre el 0,1 y 0,3 %. Si el hospital tiene la historia clínica del paciente y este se encuentra en tratamiento, valorar como nula la probabilidad de infección hubiera sido lo acertado, entendiendo que no se ha dado la circunstancia de contacto directo con una herida o instrumento punzante al socorrer a la persona afectada.
La alarma posterior, incluyendo la incineración de un sofá, es absolutamente innecesaria. “Es absurdo incinerar el sofá manchado con la sangre de la persona atendida, ya que el VIH necesita al organismo humano para vivir, pues se aloja y multiplica en las células del sistema inmunitario. Fuera del cuerpo humano, el virus no subsiste: muere en contacto con el aire porque no puede vivir fuera del cuerpo humano. Por tanto la actuación de los servicios públicos (Bomberos y Policía Local) tratando un mueble como un agente infeccioso evidencia falta de formación e información sobre el VIH”, denuncia Juan Ramón Barrios, presidente de CESIDA.
ACCAS reitera que este tipo de “desinformaciones” y la falta de rigor desde un punto de vista científico con respecto a la trasmisión del VIH no hacen más que alimentar el rechazo y el estigma hacia las personas que viven con VIH generando una alarma absolutamente innecesaria en la población.
Por último, la Asociación Ciudadana Cántabra Anti Sida, entidad miembro de CESIDA, desea la pronta recuperación del afectado y ofrece su apoyo para afrontar la desagradable situación que posteriormente se ha desatado. “Agradecemos a las personas que lo atendieron al encontrarse indispuesto y lamentamos profundamente el desconcierto que por la falta de información se han encontrado. Estas personas pueden estar tranquilas ya que si la exposición al VIH es cero el riesgo es cero, tal y como señala la campaña de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria”, traslada Carmen Martín, coordinadora de ACCAS.