«Muchas de las personas usuarias del programa de Pares de Cesida no tienen el referente de alguien con VIH con buena salud física y emocional»

Más de 2300 personas atendidas en 2022 han reducido su ansiedad y depresión tras la intervención de una persona par.

El programa Pares de acompañamiento a personas recién diagnosticadas, disponible en más de 20 hospitales en España, cumple 17 años. Implementado de manera pionera por Cesida en 2006, está liderado por personas con el VIH con formación específica para reforzar y complementar la atención recibida en la consulta médica del hospital a otras personas con el VIH recién diagnosticadas. “La persona se va a sentir acompañada, no está sola frente al VIH y esto va ayudar a mejorar los autocuidados, a facilitar la comunicación con el equipo médico y el resto de personal sanitario que va a formar parte de su vida y va a intermediar con su entorno social y familiar si así se le pide para ofrecer información, reducir miedos y ofrecer recursos para que su calidad de vida mejore”, explica Víctor Baceiredo, uno de los educadores pares con más años de experiencia. Este modelo ha sido adoptado por otras patologías por sus beneficios terapéuticos, así como por favorecer una buena adherencia al tratamiento y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Pares mejora la calidad de vida

En 2022 Cesida ha atendido a más de 2.300 personas. Ha formado de manera continuada a lo largo de estos años a las personas pares en habilidades específicas como el counselling, chemsex, prevención del suicidio, gestión de conflictos, y fragilidad. Este año la formación se ha centrado en las adicciones sexuales y el VIH, de la mano de Rafael Ballester, director del grupo de investigación Psicología de la Salud: Prevención y Tratamiento. Con la colaboración de expertos como José Luis Bimbela las personas pares han aprendido cómo cuidar al cuidador, a través de habilidades emocionales, de comunicación y de motivación para el cambio, para que ellas puedan trasladar estos beneficios a las más de 2.300 personas que este servicio atiende anualmente.

Víctor Baceiredo

Estas habilidades son esenciales para conseguir una mejora de la salud en su faceta bio-psico-social, ya que tal y como se refleja en los resultados de la escala de HADS (Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria). “Muchos de los usuarios que llegan al programa de pares no conocen a nadie con VIH y no tienen el referente de una persona con VIH que tenga buena salud no sólo física sino también emocional”, explica Víctor Baceiredo, que ejerce como educador par en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. “Tener VIH puede ser una barrera para sentirse feliz y con buena salud”. De la muestra analizada de las 542 personas atendidas por primera vez en Pares el año pasado, el 90% muestran indicadores de ansiedad, y un 71% presentan signos de depresión.

“El programa de pares ayuda a las personas recién diagnosticadas a aprender a navegar de la manera más saludable su nueva vida con el virus y mostrar que al tratarse de una infección crónica con buen pronóstico gracias a los tratamientos actuales, se puede vivir una vida plena”, expone Víctor desde su despacho en Adhara Checkpoint. “Los pares mostramos nuestra experiencia en el abordaje de los aspectos psicosociales de lo que supone vivir con VIH, acompañamos en el proceso de aceptación y autocuidados, mostrando nuestro apoyo en cada momento delicado donde el VIH puede producir un problema, ya no solamente en aquellos aspectos que puedan afectar a la salud física de la persona, sino también y muy importante en el aspecto sentimental, sexual, social, laboral, legal o incluso de la propia autoestima”.

Elena Griñan

Mejorar el envejecimiento con el VIH

El VIH es ahora una enfermedad crónica, hay pacientes que llevan más de 30 años con esta infección. “Las mujeres que vivimos con el VIH de largo recorrido, no nos hubiéramos imaginado jamás que afortunadamente hoy estaríamos aquí”, explica Elena Griñan, educadora par de ActúaValles que atiende pacientes en varios hospitales de la zona de Sabadell. “Actualmente, gracias a la medicina, podemos centrarnos en hablar de esperanza de vida, por eso el gran reto ahora es conseguir un envejecimiento con un buen estado de salud”, declara Elena. No obstante, las personas con el VIH que llevan muchos años en tratamiento pueden desarrollar fragilidad u otras patologías asociadas al envejecimiento, independientemente de su edad. Una pérdida alarmante de peso o de masa muscular, caminar más lento o sentirse cansada de manera habitual son algunos de los indicios para que una persona con VIH consulte con su profesional sanitario. “Es muy importante poder valorar de forma individual la fragilidad sobrevenida precozmente, ya que implica una gran pérdida de la calidad de vida y resulta incapacitante en muchos casos”, concluye Elena, una de las 6 educadoras mujeres del programa de Pares que quiere acercar este servicio más al colectivo de mujeres.

Cesida ofrece el servicio de Pares en 24 hospitales de 11 provincias, a través de 10 entidades pertenecientes a la Coordinadora Estatal de VIH y sida. Más información en la web de PARES.

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