Cuando hablamos del VIH y de las personas seropositivas, solemos cometer errores en los términos que usamos que pueden generar estigma y discriminación. Muchas veces, por desconocimiento.
Hablar con propiedad y sensibilidad mejora los comportamientos. Así lo expone la filóloga María Martínez Lirola, doctora de la Universidad de Alicante, en su estudio “La lengua como forma de comportamiento social”.
En algunas publicaciones científicas y en diferentes ámbitos (profesionales de la salud, periodistas, responsables políticos, etc.) se siguen utilizando de forma inadvertida términos estigmatizadores en torno al VIH que pueden incidir de forma negativa tanto en las personas con el virus (en particular, en su salud mental) como en la propia atención sanitaria. La implementación de políticas formales que promuevan la utilización de un lenguaje no estigmatizante en la literatura sobre el VIH es fundamental para corregir este problema. Éstas son las principales conclusiones de un estudio estadounidense cuyos resultados se han publicado en la revista ‘Health Communication’.
La elección de las palabras resulta fundamental en cualquier investigación. Sin embargo, se ha venido observando que la terminología usada en un buen número de estudios científicos y artículos periodísticos, así como entre profesionales de la salud y responsables políticos, resulta estigmatizante en relación con determinadas enfermedades infecciosas, en particular el VIH y las personas que viven con esta infección crónica.
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