Una llamada a la acción por la salud de las personas LGTBIQ+

El 17 de mayo, conmemoramos el Día Internacional contra la LGTBIfobia, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la discriminación y el estigma que enfrentan las personas LGTBIQ+ en todo el mundo. En Cesida, queremos destacar cómo esta realidad no solo afecta la dignidad y los derechos humanos de estas personas, sino que también tiene un impacto directo y perjudicial en su salud.

La LGTBIfobia se manifiesta en múltiples formas: desde la exclusión social y la violencia física hasta la discriminación en el acceso a servicios de salud. Estas experiencias de rechazo y violencia contribuyen a un aumento del estrés, la ansiedad y la depresión entre las personas LGTBIQ+, lo que a su vez puede afectar su salud sexual y llevar a una menor búsqueda de atención médica.

Particularmente en el caso del VIH, la estigmatización puede disuadir a las personas de hacerse pruebas, buscar tratamiento o adherirse a la terapia antirretroviral. La falta de apoyo y la discriminación en el entorno sanitario pueden resultar en un aumento de la transmisión del VIH y en peores resultados de salud para quienes viven con el VIH.

Es importante también abordar la situación de las personas migrantes LGTBIQ+, especialmente aquellas que viven con VIH y se encuentran en situación administrativa irregular. Estas personas enfrentan enormes dificultades para acceder a la sanidad pública, lo que agrava su vulnerabilidad y su salud. La falta de recursos y el miedo a la deportación pueden llevar a muchas de ellas a evitar buscar la atención médica necesaria, poniendo en riesgo su salud.

En este contexto, es fundamental responder a la creciente oleada ultraconservadora que está trabajando para recortar los derechos conquistados por la comunidad LGTBIQ+, con especial atención a las personas trans, quienes están sufriendo un odio más visceral y sistemático. La desinformación y el discurso de odio no solo amenazan los derechos fundamentales, sino que también ponen en peligro la salud y el bienestar de estas personas.

Es crucial recordar que la lucha contra la LGTBIfobia es también una lucha por la salud pública. Para garantizar el bienestar de las personas LGTBIQ+, es necesario promover políticas inclusivas, ofrecer educación sobre la diversidad sexual y fomentar entornos seguros en los que todos puedan acceder a la atención médica sin temor a ser juzgados o discriminados.

Desde Cesida hacemos un llamado a la sociedad en su conjunto para que se una a esta causa. Es fundamental sensibilizar y educar sobre la importancia de la inclusión y el respeto hacia la diversidad. Solo así podremos construir un futuro en el que la salud y el bienestar de todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género, sean una prioridad.

Hoy, más que nunca, debemos alzar nuestra voz contra la LGTBIfobia y trabajar juntos para erradicarla. La salud de las personas LGTBIQ+ depende de ello

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