El Grupo de Estudio del Sida (Gesida) reclama a España que regule el uso del tratamiento del VIH como terapia preventiva para evitar nuevas infecciones en determinados grupos, como algunos hombres que mantienen sexo con otros hombres y mujeres transexuales, y recuerdan que Estados Unidos ya lo aprobó hace tres años.
Este grupo de expertos ha publicado un documento que avala y recomienda la implantación de esta estrategia en España para prevenir el VIH en determinados grupos y establece una serie de pautas para que sea «verdaderamente efectiva», detallando quién debe prescribirla, recibirla y cómo debe producirse la dispensación para conseguir una buena adherencia al tratamiento.
La estrategia se conoce como profilaxis pre-exposición (PreEP) y consiste en tomar de forma preventiva la medicación frente al virus antes de mantener una relación sexual sin protección para evitar una posible transmisión. Y según defiende Gesida, su uso está «avalado científicamente» tras haber demostrado su eficacia para prevenir nuevos casos.
Además, lamentan que «pese al intenso esfuerzo científico llevado a cabo, no existe (ni existirá en un futuro cercano) una vacuna preventiva frente a la infección por VIH».
Ante esta situación, lamentan que más de tres años después de la aprobación de la PreEP en Estados Unidos y, a pesar de las evidencias científicas generadas en países europeos, la PrEP solo haya sido autorizada en Francia, un «retraso» que «está alentando la automedicación, el mercado negro, la desinformación y el uso no indicado y érroneo de la medicación».
«El desarrollo de un programa que permita el acceso a la PrEP no está exento de dificultades», según Gesida, que se ha basado dicho documento en los «aspectos clave identificados en los ensayos clínicos» para la elección de la población diana adecuada y «asegurar en lo posible una adherencia óptima y promover el uso correcto y frecuente del preservativo».
El documento de los expertos de Gesida aclara que «la PrEP no es para cualquier persona, y desde luego no es un sustitutivo del condón», y la recomienda sólo en aquellas poblaciones diana con un riesgo elevado de infectarse por VIH, que son aquellas con más de 2 casos por 100 personas y año.
Grupos que se podrían beneficiar
De este modo, en España serían candidatos a recibir la PrEP hombres que tienen sexo con hombre (HSH) y mujeres transexuales que en los seis meses previos han tenido relaciones sexuales sin uso de preservativo y, además, tienen relaciones sexuales con más de 2 parejas, se les ha diagnosticado una o más enfermedades de transmisión sexual (ITS), se les ha administrado profilaxis post-exposición y usan sustancias psicoactivas durante la relaciones sexuales.
Asimismo, GeSIDA recomienda que se considere la prescripción de la PrEP en las personas que pueden tener un riesgo elevado o en los que hay cierta evidencia de beneficio, tales como personas con pareja infectadas por VIH sin control clínico o virológico y sin utilizar preservativo; personas con relaciones sexuales no protegidas e intención transaccional (dinero, drogas, casa); usuarios de drogas por vía parenteral (UDP) que comparten jeringuillas; y personas en situación de vulnerabilidad social expuestas a contactos sexuales no protegidas con alto riesgo de infección por VIH.
Este grupo de expertos también propone que sólo pueda ser prescrita y supervisada por un facultativo con experiencia en el cuidado de pacientes infectados por el VIH, en el uso de antirretrovirales y en el manejo de las enfermedades de infección sexual, y que sólo sea de dispensación hospitalaria pese a reconocer que «es improbable que todas las unidades hospitalarias existentes dispongan de recursos suficientes para que puedan atender de modo adecuado el volumen de demanda de PrEP».
Asimismo, consideran que «podría llegar a plantearse la creación de Centros específicos para el desarrollo de esta estrategia mientras sea necesaria». Por último, advierten de que «se deben buscar protocolos o métodos que permitan el acceso ágil y efectivo a la medicación de las personas a las que se les haya prescrito la PrEP en un centro no hospitalario».
Posible objeciones
Por último, reconocen que las objeciones a la PrEP se han concentrado básicamente en dos aspectos. El primero, el impacto negativo que podría tener globalmente sobre la salud sexual; en concreto, sobre el uso del condón y, como consecuencia, el temor a un incremento de las otras infecciones de transmisión sexual. El segundo, su coste-efectividad.
En relación con el primer aspecto, los expertos de Gesida concluyen que el grupo de los HSH ya presenta una elevada prevalencia de gonorrea e infección por clamidia en recto y faringe, entre un 6 y 10 por ciento, siendo asintomáticas en el 80 por ciento de los casos, por lo que el aumento de las ITS «no podría imputarse a la introducción de la PrEP sino que es el resultado de la ausencia de programas adecuados de su prevención, cribado y tratamiento».
En relación con el impacto económico de esta estrategia, apelan a diversos estudios que demuestran que «la PrEP es coste-efectiva, a pesar del elevado precio de los fármacos aprobados para este uso, especialmente en aquellas personas que tienen una alta adherencia y, sobre todo, si se prioriza su uso en grupos de población con una elevada incidencia».
Agencias