Los investigadores están explorando dos estrategias principales para terminar con el VIH: reactivar y destruir el virus latente (una estrategia llamada «choque y matanza») o encontrar una manera de silenciarlo para siempre.
Las personas que viven con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) deben tomar una combinación de tres o más medicamentos diferentes cada día durante el resto de sus vidas. Desafortunadamente, siguiendo este estricto plan de tratamiento, pueden sufrir efectos secundarios que van desde mareos leves hasta daño al hígado potencialmente mortal; pero si dejan de tomarlos, el virus que se esconde dentro de sus células puede resurgir espontáneamente.
De hecho, el VIH latente, que puede ocultarse en las células durante muchos años, es una barrera crítica para una cura. Los investigadores están explorando dos estrategias principales para abordar este problema: reactivar y destruir el virus latente (una estrategia llamada «choque y matanza») o encontrar una manera de silenciarlo para siempre.
En un esfuerzo por abordar ambas estrategias, un equipo de científicos de los Institutos Gladstone, en San Francisco, California, Estados Unidos, estudia fármacos que interrumpen la latencia y que eventualmente podrían utilizarse para tratar a pacientes infectados. Recientemente descubrieron cómo un nuevo fármaco llamado JQ1, que actualmente se encuentra en ensayos de cáncer humano de fase temprana, puede reactivar el VIH latente.
«Nuestro descubrimiento nació de la frustración», explica la investigadora principal de Gladstone, Melanie Ott, cuyo trabajo se detalla en un artículo publicado este jueves en la revista Molecular Cell. «Ya sabíamos que el fármaco JQ1 tiene como objetivo una proteína llamada BRD4, pero nuestros experimentos no dieron resultados consistentes, luego empezamos a buscar diferentes formas de la proteína e inesperadamente encontramos que una forma corta era la clave para silenciar el VIH», añade.
La latencia del VIH
Al identificar este nuevo papel para la forma abreviada de BRD4, el equipo de Ott podría finalmente explicar un mecanismo que controla la latencia del VIH. Estos expertos mostraron que el fármaco JQ1 se dirige y elimina la forma corta de BRD4, que luego permite que el virus haga copias de sí mismo.
«Muchas personas en el campo ni siquiera saben que existe una forma corta de BRD4 -señala Ryan Conrad, un erudito postdoctoral en el laboratorio de Ott y primer autor del estudio-. Al identiricar el papel de esta proteína en el VIH, descubrimos que también puede estar involucrada en la lucha contra otros virus relacionados con el VIH. Por lo tanto, nuestros hallazgos podrían proporcionar nuevas perspectivas de un antiguo mecanismo de defensa celular contra los virus invasores».
El estudio también podría afectar a una gama más amplia de enfermedades, ya que el fármaco JQ1 ya está siendo probado como una forma de dirigirse a la proteína BRD4 para tratar el cáncer, la insuficiencia cardiaca y la inflamación.
Muchos científicos se concentran en la estrategia de «activar y matar» como una forma de curar el VIH, pero cada vez más de ellos están cambiando su enfoque a silenciar el virus. El mecanismo descubierto en Gladstone puede apoyar ambas estrategias: manipular la proteína BRD4 para ayudar al resurgimiento del VIH o para fortalecer la capacidad del cuerpo de suprimirlo.
«Silenciar y reactivar el VIH a menudo son vistos como enfoques competitivos, pero creo que en realidad podrían combinarse para desarrollar terapias más efectivas en el futuro», agrega Ott, también profesora en el Departamento de Medicina de la Universidad de California en San Francisco (UCSF). «Se podría empezar por activar y matar el virus que es fácil de atacar y, a continuación, utilizar mecanismos de silenciamiento para retardar el resurgimiento de los virus latentes».
Esta estrategia podría permitir que los pacientes dejen de tomar fármacos y que transcurran varios años antes de que el virus se reactive. Para entonces, el sistema inmunológico podría ser lo suficientemente fuerte como para eliminar el virus a medida que surja. «Así es como veo el futuro de la investigación de la cura del VIH», afirma Ott.
Agencias