El intestino materno es la fuente de algunas de los microorganismos beneficiosas hallados en las glándulas mamarias
La lactancia materna es uno de los mejores regalos que una mujer le puede hacer a su hijo, coinciden en señalar los expertos. Existe abundante evidencia científica que demuestra que amamantar al bebé estimula su sistema inmunitario y lo protege frente a enfermedades como el asma, las alergias, los problemas cardiovasculares, las infecciones e incluso la obesidad. También es una protección natural contra el VIH.
Se sabe que los niños con madres portadoras del virus que toman leche materna tienen un índice mucho menor de contagio de la enfermedad que aquellos que son alimentados con leche de fórmula o realizan una lactancia mixta. Paradójicamente, se desconocía de qué manera se producía esa protección. “¿Y si determinadas bacterias de la leche fueran las responsables?”, se preguntaba un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, que desde hace una década están especializados en el estudio de la microbiota perinatal.
En España, cuando una mujer es VIH positiva, para evitar la transmisión del virus de madre a hijo, por protocolo médico se evita que dé de mamar y se le administran retrovirales durante todo el embarazo. Sólo en países en vías de desarrollo, en el que el acceso a medicación es escaso, las madres amamantan a sus bebés.
Los investigadores colaboraron con Clara Menéndez y Pedro Alonso, médicos epidemiólogos que trabajan desde hace años en Mozambique intentando combatir la malaria, quienes les proporcionaron muestras de leche de mujeres africanas tanto VIH positivas como VIH negativas. En esas muestras se consiguió determinar, por primera vez, la carga viral en la leche, un procedimiento que hasta entonces siempre se había realizado en sangre.
A continuación, aislaron distintas bacterias beneficiosas en las muestras de leche y analizaron de qué manera interaccionaba cada cepa con el virus. Vieron que algunos microorganismos eran capaces de impedir que el virus infectara las células.“Observamos que ciertas cepas bacterianas del ácido láctico obtenidas de la leche de mujeres VIH positivas eran capaces de eludir la infectividad del virus o disminuirla, lo que abre las puertas a usar el potencial probiótico de la leche materna para mejorar la resistencia de los niños a contraer de sus madres infectadas el VIH-1, que es el virus más común del sida ”, explicó Esther Jiménez, investigadora del grupo Probilac de la Universidad Complutense de Madrid durante la 4ª Cumbre Mundial de Microbiota Intestinal para la Salud que se ha celebrado este fin de semana en Barcelona. Los resultados de este estudio fueron publicados recientemente en la publicación científica PLOS ONE.