La homofobia incrementa la propagación del VIH

Con motivo del día mundial contra la homofobia y transfobia, CESIDA insiste en la necesidad de prevenir discriminaciones que aumentan la vulnerabilidad frente al VIH.
La Coordinadora Estatal de VIH/Sida (CESIDA), coincidiendo con el Día Mundial contra la Homofobia y Transfobia que se celebra este sábado 17 de mayo, remarca la preocupante situación que vive el colectivo de personas transexuales, de hombres gais, bisexuales y de otros hombres que tienen sexo con hombres, ya que las infecciones por VIH en estos sectores de la población siguen aumentando de manera preocupante. Así, desde CESIDA se insiste en la necesidad de prevenir y dar respuesta a la discriminación social de personas por orientación sexual e identidad de género, con el fin de reducir su vulnerabilidad frente al VIH.

Para ello, Gabriel J. Martín, experto en gay afirmative psychology que atiende el servicio de psicología de Gais Positius, entidad miembro de CESIDA, aconseja que es necesario tener presente el efecto de la sindemia que forman la homofobia interiorizada con el VIH: “Personas que han vivido en entornos muy homofóbicos y transfóbicos han interiorizado los prejuicios. Eso provoca problemas de ansiedad y dificultad para visibilizarse como gay o como transexual”.
Uno de los efectos más palpables de haber interiorizado estos prejuicios es la resistencia a acercarse a organizaciones LGTB y conectar con otras personas homosexuales, bisexuales y transexuales. Y añade Martín que “esto nos vulnerabiliza frente al VIH ya que, en España, muchas de las mejores fuentes de información sobre el VIH y su transmisión están en organizaciones LGTB que hacen campañas preventivas e informativas a lo largo de todo el año. Sentir vergüenza de que te vean entrar en una organización LGTB hace a estas personas más vulnerables frente al VIH”.
“Por otro lado, y una vez que se produce el diagnóstico, quienes peor lo llevan son las personas que más han interiorizado los prejuicios porque son quienes más culpa y vergüenza sienten ante el hecho de haberse infectado. No es natural que personas con una infección grave se culpabilicen de ello y se sientan en la necesidad de esconderse. Un afectado por cualquier problemática de salud busca el apoyo y la empatía de los que le rodean, justo lo contrario de lo que hacen algunas personas homosexuales, bisexuales y transexuales que viven con VIH”, expresa Martín.
CESIDA recuerda que toda persona que convive con una infección crónica necesita el apoyo de su red de amigos, familia y, desde luego, poder encontrar otros iguales con los que compartir experiencias para normalizar una situación que, mirada sin prejuicios, no es más que una situación médica. “Sin este contacto, sin esta adquisición de experiencias y aprendizajes, no es posible esta normalización. Aquí es, precisamente, donde la homofobia y transfobia dificultan la adaptación a la convivencia con el VIH”, concreta el psicólogo de Gais Positius y “la mejor manera de solucionarlo es a través de una educación sexual libre de prejuicios”, completa Miguel Luis Tomás, secretario general de CESIDA.

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