Cesida organiza una jornada de reflexión y acción contra el estigma asociado al VIH

El jueves 16 de octubre, previo a su XIV Congreso, Cesida ha llevado a cabo una jornada de reflexión y acción contra el estigma asociado al VIH. El objetivo del evento ha sido promover la sensibilización y el trabajo comunitario para reducir el estigma y la discriminación, contribuyendo a las metas de ONUSIDA para 2025. Las actividades han estado centradas en la visibilización del impacto del estigma, el diseño de estrategias participativas y el fortalecimiento del trabajo en red entre las entidades participantes.

La ponencia introductoria, a cargo de María José Fuster, investigadora destacada por sus estudios sobre estigma y discriminación, y Carmen Martín, coordinadora de la Asociación Ciudadana Cántabra Antisida (ACCAS) y, en ese momento, Secretaria de la Comisión Ejecutiva de Cesida, ha estado centrada en el impacto del estigma del VIH en la actualidad, así como en analizar los desafíos y oportunidades para el cambio.

Fuster ha explicado las manifestaciones de estigma más frecuentes, como la inclusión del estado serológico en informes que no guardan relación, la evitación del contacto y el uso de doble guante en personal sanitario, entre otros. También se ha detenido en el impacto del VIH en el crecimiento personal, y de qué forma afecta a la autoestima, a la capacidad de tener relaciones estrechas y seguras o al respeto hacia las demás personas. A través del análisis de redes, ha profundizado en el estigma anticipado como el de mayor poder y centralidad respecto a otras áreas del estigma, como el estigma internalizado y el estigma experimentado. Intervenir sobre el estigma anticipado tiene una capacidad de transformación directa sobre las otras áreas del estigma, ha destacado.

A continuación, las mesas de trabajo se han organizado en base a las cuatro dimensiones del estigma: El estigma anticipado, que se define como las expectativas de que otros devaluarán o discriminarán a las personas que viven con VIH en el futuro; el estigma internalizado, que se define como el momento en que una persona que vive con VIH acepta actitudes negativas asociadas con el VIH y las aplica a sí misma; la autoexclusión, que se entiende como el acto de limitar voluntariamente la participación en la vida social o el acceso a servicios, motivado por el miedo a ser juzgado o rechazado y el estigma experimentado, descrito como el conjunto de actos concretos de discriminación o rechazo hacia personas que viven con VIH. Las entidades participantes han generado un espacio de reflexión y, a partir de ahí, han elaborado planes concretos de actuación.

Como cierre, se ha presentado un resumen de las propuestas más viables y se han definido los siguientes pasos para articular la acción colectiva.

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