El Palacio de la Prensa fue el escenario ideal para la inauguración del II Ciclo de Cine: Miradas contra el estigma. La velada se destacó por la presencia de las dos destacadas directoras, Elvira Lindo y Daniela Fejerman, quienes compartieron su visión y experiencias en un coloquio posterior a la proyección de su maravillosa película «Alguien que cuide de mi».
Toni Poveda, director de Cesida, moderó un intercambio enriquecedor en el que las directoras abordaron la crucial representación de las personas con VIH en la ficción cinematográfica. Daniela Fejerman enfatizaba que “las minorías están infrarepresentadas en la ficción” y que es fundamental crear películas con protagonistas que vivan con el VIH. “Hay que forzarlo porque no está. Necesita un empujón”, manifestó Fejerman, subrayando la importancia de contar historias que vayan más allá de la mera representación de una minoría. “La verdadera integración ocurre cuando se puede contar una historia que no está exclusivamente marcada por pertenecer a una minoría, sino que se presenta de forma natural”, agregó.
Este ciclo de cine no solo busca visibilizar historias de vida y VIH, sino también abrir un espacio para la reflexión y el diálogo, reconociendo que, aunque el camino hacia la inclusión plena está en marcha, aún queda mucho por hacer.
Así, la inauguración del ciclo de cine se convirtió en un faro de esperanza y un llamado a la acción para seguir luchando por la representación justa y equitativa en la industria cinematográfica. “Por todo lo que nos queda”, resonó como un eco de la determinación colectiva de seguir avanzando en la visibilización de las historias que merecen ser contadas y derribar el estigma asociado al VIH.
“Hay algo de esa época que se queda contigo y que no se va. El miedo a la muerte, miedo al dolor; y peor que eso, la vergüenza; miedo a que te señalen, al estigma, miedo al abandono. Eso es algo que va siempre allá contigo”, dice el personaje de Pedro Mari Sánchez en ‘Alguien que cuide de mí’.
