Una tesis presentada en la Universitat de Barcelona revela una gran brecha en el seguimiento del VIH: falta medir, de forma estructurada, cómo viven las personas con VIH más allá del laboratorio; su bienestar integral, su salud mental, su calidad de vida y su envejecimiento.
España ha cumplido con los objetivos de Onusida sobre el manejo de las personas con VIH, pero sigue sin responder a una pregunta clave: ¿cómo se sienten realmente las personas que viven con el virus?
Una nueva tesis doctoral presentada por Trenton Michael White en la Universitat de Barcelona (“Enhancing the responsiveness of HIV healthcare services in Spain to address long-term well-being”) advierte de que la salud no termina con el control del virus.
Aunque las tasas de supresión viral son altas en España, desvela una carencia fundamental del sistema sanitario español: falta medir, de forma estructurada, cómo viven las personas con VIH más allá del laboratorio; su bienestar integral, su salud mental, su calidad de vida y su envejecimiento. Ninguna comunidad autónoma lo hace. “Hemos logrado controlar el virus, pero no sabemos si quienes viven con VIH se sienten bien, física o emocionalmente”, explica White.
“Las personas con VIH viven más, pero también viven con más enfermedades crónicas, más estigma, y más síntomas que afectan su día a día. No basta con que estén indetectables. Necesitamos saber si están bien” White.
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