Quieren que al menos los cirróticos puedan acceder a los tratamientos más innovadores. En España hay alrededor de 800.000 afectados por el virus y la asociación cifra en 35.000 los que están en ese estado.
La administración está autorizando los nuevos y costosos fármacos para tratar los casos más graves de hepatitis C, pero se prescriben con cuentagotas y tardan semanas en llegar a los pacientes, que empiezan a desesperarse y a actuar. «No toleramos ni una muerte más», dijo ayer Damián Caballero, vicepresidente de la Plataforma de Afectados de Hepatitis C, a las puertas del Hospital 12 de Octubre de Madrid. Él, que tiene una hija de 27 años afectada por la enfermedad, y otros miembros de la asociación protagonizan desde esta mañana un encierro en el centro hospitalario para presionar a las autoridades. Quieren que al menos los cirróticos puedan acceder a los tratamientos más innovadores. En España hay alrededor de 800.000 afectados por el virus y la asociación cifra en 35.000 los que están en ese estado.
«En un país en el que sí hay dinero para rescatar a la banca», ha dicho Caballero, «en un país en el que se rescatan autopistas y hay indemnizaciones para Florentino Pérez por el cierre del proyecto Castor, ¿dónde está el dinero para los enfermos de hepatitis C». Caballero ha intervenido ante decenas de afectados por la enfermedad, personal sanitario del Hospital 12 de Octubre y algunos rostros conocidos de la política como Gaspar Llamazares, que han clamado por que se deje de mercadear con la vida de las personas. «Hay tratamiento, está en la vitrina y no nos dejan cogerlo por dinero», ha añadido. La terapia de Sovaldi, que en combinación con otros fármacos tiene una tasa de curación de hasta el 95 %, cuesta 25.000 euros. La partida extraordinaria del Gobierno central para adquirir el nuevo fármaco solo da para unos 4.900 tratamientos.
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