Hoy, en el Día contra los Discursos de Odio, es fundamental reflexionar sobre cómo los discursos que afectan a las personas con el VIH se caracterizan por la desinformación, el estigma y la discriminación, perpetuando mitos y prejuicios dañinos. Estos discursos a menudo se manifiestan en burlas, exclusión social, deshumanización, así como en discriminación y agresiones, lo que agrava la situación de quienes viven con el virus. Este tipo de odio no solo impacta su salud mental y emocional, sino que también dificulta su acceso a atención médica y apoyo, contribuyendo a un ciclo de aislamiento y sufrimiento.
En este día, hacemos una llamada a la acción para reivindicar un Pacto de Estado contra los discursos de odio, que incluya medidas para asegurar que estos actos no queden impunes y que el Estado de Derecho actúe ante estos casos. Es esencial promover la educación y la empatía para combatir estos discursos perjudiciales y trabajar hacia una sociedad más inclusiva, donde las personas con VIH puedan vivir con dignidad y sin miedo al juicio. Juntes, podemos construir un entorno donde todas las personas se sientan seguras y respetadas, sin importar su situación de salud.