El estudio, denominado «Triant-te», ha sido llevado a cabo por la Fundación Lucha contra el Sida y sus resultados los publica la revista científica ‘PLOS ONE‘.
La Fundación ha destacado que se trata del primer estudio en el mundo sobre los posibles beneficios de una estrategia farmacológica con rivastigmina transdermal, que es un producto utilizado en enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, ante los trastornos del sistema nervioso central en pacientes que conviven con el VIH desde hace años.
Según el trabajo, en las personas que han sido tratadas con el fármaco, los resultados muestran una tendencia a la mejora de determinados aspectos cognitivos, como la velocidad del proceso de la información o el funcionamiento ejecutivo.
Los investigadores han destacado que con el desarrollo de las terapias antirretrovirales y el aumento de la esperanza de vida de las personas con VIH se han producido avances muy importantes en el conocimiento de las afectaciones que el propio virus y la medicación pueden tener sobre el sistema nervioso central.
Los médicos han recordado que desde los primeros días de la infección, el VIH penetra en el sistema nervioso central y llega al cerebro, pudiendo provocar alteraciones en el funcionamiento cognitivo y motriz, e influyendo negativamente en la calidad de vida y el funcionamiento diario de las personas afectadas.
Este tipo de alteraciones afectan a entre un 30 % y un 60 % de las personas con la infección y que vivieron los años en que el tratamiento antirretroviral no era tan efectivo como hoy día ni se prescribía de manera tan precoz.
El ensayo ha testado el fármaco rivastigmina transdermal, que pertenece a la familia de los inhibidores de la colinesterasa y se utiliza para tratar los trastornos cognitivos que se dan en enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson.
El ensayo ha consistido clasificar a los 29 pacientes participantes en 3 grupos: el primero inició tratamiento con rivastigmina transdermal; el segundo recibió terapia con litio; y el tercer grupo se mantuvo como grupo control, sin recibir nueva medicación.
Todos los participantes estaban en terapia antirretroviral estable desde hacía más de 6 meses y presentaban trastorno cognitivo asociado al VIH y fueron sometidos a una evaluación exhaustiva de sus variables emocionales, de calidad de vida y factores de su actividad diaria.
El estudio duró 48 semanas en total, con controles previos a las semanas 4, 12, 24 y 36.
Los resultados indican tendencia de mejora en el grupo que tomaba rivastigmina transdermal con respecto a 2 funciones cerebrales alteradas por el VIH: la velocidad de procesamiento de la información y el funcionamiento ejecutivo.
Del estudio se concluye, según los investigadores, que muy probablemente la intervención exclusivamente a nivel farmacológico no es suficiente para la mejora de la alteración neurológica asociada al VIH y que precisarán de más investigaciones.
Agencias