El envejecimiento prematuro en personas con el VIH tiene una vinculación mayor con las comorbilidades que con la propia edad cronológica.
Las modernas terapias antirretrovirales (TAR) han aumentado la longevidad de las personas con VIH y ha llevado hacia arriba la distribución por edades de la pandemia del VIH: ONUSIDA estima que hay más de ocho millones de personas en el mundo con VIH mayores de 50 años. Este desarrollo positivo también ha generado preocupaciones sobre el envejecimiento neurocognitivo y físico prematuro en esta población, ya que padecen comorbilidades (término utilizado para describir dos o más trastornos o enfermedades que ocurren en la misma persona) antes y en mayor medida que en la población general sin el VIH de edad similar.
Un estudio reciente publicado en la revista Brain ha concluido que el envejecimiento prematuro en personas con el VIH tiene una vinculación mayor con las comorbilidades que con la propia edad cronológica. Estas conclusiones son muy relevantes, ya que muchas de estas patologías se pueden prevenir o, al menos, hacer manejables si se criban y tratan a tiempo.
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