Hemos hecho un pequeño resumen con las preguntas y respuestas más comunes. Si tienes más dudas contáctanos por email.
El VIH es un virus que en el momento que entra en nuestro cuerpo destruye las defensas, por lo que es más fácil contraer otras enfermedades. El sida es el estado avanzado de la infección por el VIH, que tiene lugar años después de vivir con VIH y se desarrolla cuando no se toma tratamiento o, en algunos casos, cuando éste ha fallado.
La única manera de saber si una persona tiene VIH es haciéndose la prueba de VIH, que es un análisis específico (no se detecta en un análisis rutinario). Al entrar en contacto con nuestro cuerpo, este genera una serie de anticuerpos que se detectan en la prueba de VIH pasado un tiempo, lo que conocemos como período ventana. En función de la prueba que se realice, este período puede abarcar de 45 a 90 días, por lo que antes de acudir a hacerte la prueba en alguna de nuestras entidades, consúltalo a través de sus teléfonos de contacto.
A la hora de obtener un resultado fiable, es muy importante saber cuándo tuvimos la última práctica de riesgo.
Hoy en día, las pruebas rápidas de detección de VIH ofrecen un resultado en torno a unos 30 minutos.
La prueba de VIH debe ser siempre voluntaria y confidencial, y se puede realizar de forma gratuita en los centros sanitarios de la red pública y en las ONG. En esta web, puedes consultar qué entidades de Cesida realizan la prueba en el marco del proyecto de Prevención Combinada del VIH y acceder a sus datos de contacto.
También se puede hacer en laboratorios de análisis clínicos privados y algunas farmacias. En algunos centros de ITS, en las ONG y en las farmacias no te pedirán la tarjeta sanitaria.
Cuatro fluidos tienen una concentración suficiente de virus como para transmitir el VIH: la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna de las personas que viven con el virus. Ello significa que el VIH puede transmitirse por tres vías: sexual, sanguínea y de madre a hijo/a.
Además, para que se produzca la transmisión es necesario que el VIH penetre en el organismo y entre en contacto con la sangre o mucosas (revestimiento del interior de la boca, vagina, pene y recto) de la persona.
- Vía sexual: en las relaciones sexuales con penetración (anal, vaginal u oral) sin preservativo. La penetración anal es la práctica de mayor riesgo, seguida de la vaginal. Cuando una persona presenta otras infecciones de transmisión sexual (ITS), el riesgo de infección por el VIH aumenta. Las relaciones sexuales orales tienen mucho menor riesgo, especialmente sin eyaculación.
- Vía sanguínea: al compartir jeringas, agujas, otro material de inyección o cualquier instrumento cortante que haya estado en contacto con sangre infectada. El intercambio de instrumentos punzantes y cortantes no esterilizados para perforaciones en la piel como los utilizados para tatuajes, «piercing», acupuntura, perforación de orejas, etc. supone también un riesgo.
- Vía madre-hijo/a (transmisión vertical): cuando la mujer tiene el VIH, la transmisión del virus puede tener lugar durante el embarazo, el parto o la lactancia. Si está embarazada y tiene el VIH, hay tratamientos que reducen eficazmente el riesgo de transmisión del virus durante el embarazo y parto. Una madre que vive con el virus y desee dar lactancia a su hija/o/e debe consultarlo con las personas profesionales de la salud que hagan seguimiento de su caso, ya que no es igual para todo el mundo.
La información errónea sobre las vías de transmisión de VIH y los prejuicios hacia determinados grupos de población han contribuido a alimentar el estigma de las personas que viven con VIH, afectando a su calidad de vida.
Desmontando algunas afirmaciones erróneas:
- El virus no se transmite a través de los besos, las caricias, darse la mano, tocarse o masturbar a tu pareja.
- No se transmite a través de las lágrimas, el sudor, la saliva, la tos o los estornudos.
- No existe un riesgo mayor riesgo de una transmisión de VIH por convivir, trabajar o estar en el mismo espacio que personas que tengan el virus.
- No hay riesgo por compartir objetos de uso común, la ropa o alimentos, las duchas, lavabos o WC, piscinas, instalaciones deportivas o de ocio, espacios de trabajo, residencias, colegios, spas, balnearios y lugares públicos.
- Las mordeduras o picaduras de animales, mosquitos u otros insectos no pueden transmitir el virus.
- No existe riesgo al donar o recibir sangre en países donde este proceso siguen un control adecuado.
Independientemente de las vías de transmisión, las personas que viven con el VIH y que están en tratamiento antirretroviral, adquieren en un período de tiempo no muy largo el estatus de carga viral indetectable.
Indetectable=Intransmisible quiere decir, en primer lugar, que la replicación del virus en el propio cuerpo está controlada y, por tanto, que se goza de un buen nivel de salud y similar esperanza de vida que el resto de la población. Pero, además, quiere decir que las personas con carga viral indetectable NO pueden transmitir el VIH a otras personas a través de ninguna de las vías de transmisión.
La PEP (Profilaxis Postexposición) es un tratamiento preventivo contra la infección por VIH que resulta efectivo si se administra dentro de las primeras 72 horas posteriores a una exposición de riesgo al virus. Consiste en un conjunto de fármacos que deben ser tomados de manera continuada durante un periodo de 28 días. Aunque pueden causar efectos secundarios como náuseas, diarreas o fatiga, en la mayoría de los casos, estos medicamentos logran prevenir la infección por VIH.
La PEP se utiliza en diversas situaciones de riesgo, tales como relaciones sexuales con penetración sin protección, incluyendo casos de rotura, mal uso o ausencia del preservativo, así como en situaciones de violación o agresión sexual. También se aplica en lo relacionado con el uso de drogas, como al compartir jeringuillas u otro equipo de inyección de drogas. La PEP también se puede utilizar por otras exposiciones accidentales al entrar en contacto con un fluido por el que potencialmente se pueda transmitir el virus.
Es importante saber que la PEP solo se administra en hospitales, en el servicio de urgencias idealmente dentro de las primeras 6 horas y nunca más allá de las 72 horas posteriores a la exposición al riesgo, ya que su eficacia disminuye con el tiempo. En España, todos tenemos derecho a este tratamiento, independientemente de si poseemos o no una tarjeta sanitaria.
La PEP no debe suplir nunca a la prevención primaria del VIH, y sólo debe considerarse en situaciones excepcionales que se producen de forma esporádica. Si se realizan prácticas de riesgo de manera frecuente, es recomendable acudir a una entidad a informarse sobre la PrEP (profilaxis preexposición), que es un tratamiento preventivo continuado.
La PrEP (Profilaxis Preexposición) es la utilización de fármacos antirretrovirales (Tenofovir disoproxilo fumarato 300 mg + Emtricitabina 200mg), para prevenir la infección por el VIH.
La PrEP reduce en más del 90% la probabilidad de adquirir la infección por el VIH. Con una buena adherencia (toma adecuada de la medicación), se reduce significativamente esta probabilidad.
En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la utilización de la PrEP en dos modalidades: tomada diariamente y a demanda. En España, la PrEP está financiada dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS) desde el 1 de noviembre de 2019, bajo la modalidad de toma diaria.
La PrEP se recomienda para las personas que se encuentran en situaciones y en períodos de su vida en los que pueden tener un alto riesgo de transmisiones de VIH.
La PrEP, tal y como marcan las autoridades sanitarias, está dirigida a personas mayores de 16 años que sean hombres que tienen sexo con otros hombres, personas trans, mujeres en contextos de prostitución, mujeres y hombres cis, usuarios/as de drogas inyectadas, en situación de mayor riesgo de transmisiones de VIH.
La PrEP es una prestación sanitaria gratuita en todo el territorio español. Los medicamentos antirretrovirales indicados para la PrEP están clasificados como de uso hospitalario y, por lo tanto, solo pueden dispensarse en servicios de farmacia hospitalaria o en centros asistenciales autorizados por las Comunidades Autónomas (CCAA).
Cada Comunidad Autónoma tiene un circuito de dispensación de la PrEP distinto, por lo que es recomendable ponerse en contacto con una entidad local para recibir indicaciones sobre el proceso a seguir para solicitar el tratamiento preventivo.
En el listado de entidades participantes en el proyecto de Prevención Combinada del VIH puedes ver tu entidad más cercana y acudir a que te puedan orientar sobre el servicio de PrEP en tu comunidad.
Para prevenir la transmisión del VIH y otras ITS, es fundamental realizar un enfoque integral desde la educación sexual. En este enfoque se incluye:
- Conocer las prácticas de riesgo de transmisión del VIH y otras ITS.
- Tener relaciones sexuales basadas en la sinceridad y el respeto mutuo.
- Promover el uso del preservativo en sus diferentes modalidades.
- En la penetración anal, es recomendable utilizar lubricantes hechos a base de agua, además del preservativo.
- Realizar pruebas de VIH y otras ITS.
- Vacunarse de la Hepatitis B y el Virus del Papiloma Humano (VPH).
- No realizar un uso excesivo del alcohol y las drogas que pueda influir en realizar prácticas de riesgo.
- En los casos indicados, hacer uso de la PrEP y la PEP puede ayudar a prevenir la transmisión de VIH.
- No compartir jeringuillas, agujas y otros útiles para preparar drogas esnifadas y utilizar instrumentos para perforar la piel de un solo uso o estériles (pendientes, piercings, material de tatuaje…).
- En el caso de mujeres embarazadas y otras personas gestantes, es fundamental asegurar el acceso al sistema sanitario y realizar un seguimiento para evitar la transmisión vertical del VIH (de madre a hijo/a). Hacer efectiva la universalidad de la sanidad y eliminar las barreras para el acceso de las personas migrantes al sistema sanitario en las diferentes comunidades autónomas es una medida fundamental para prevenir estos casos.
Deberías hacerte la prueba:
- Si nunca te has realizado la prueba con anterioridad y has tenido relaciones sexuales sin preservativo es recomendable que te realices la prueba del VIH.
- Si piensas que estás embarazada o planeas un embarazo.
- Si has tenido alguna infección de transmisión sexual, tuberculosis o hepatitis viral.
- Si tienes una pareja de forma estable y quieres dejar de usar el preservativo con ella.
- Si has compartido material para inyectar drogas (jeringuillas, agujas, cucharas, filtros…) o has usado material sin esterilizar para perforaciones en piel o mucosas (pendientes, piercing, tatuajes…).
Si consideras que has tenido una práctica de riesgo, consulta con una entidad para que te asesoren. Al ponerte en contacto, te indicarán si debes esperar un período de tiempo o si ya puedes concertar una cita para hacerte una prueba con un resultado fiable.
En caso de obtener un resultado positivo, también te asesorarán sobre cómo proceder para comenzar el tratamiento antirretroviral y poder cuidar tu salud. Conocer si tienes VIH te permitirá beneficiarte lo antes posible de un seguimiento médico adecuado y acceder a un tratamiento eficaz, que evitará complicaciones en la salud y mejorará notablemente tu calidad de vida.
El desconocimiento y la falta de información nunca es una buena opción para cuidar de tu salud.
Además de en las entidades comunitarias, si cuentas con una tarjeta sanitaria, puedes hacerte la prueba en los centros de salud españoles de manera gratuita. Puedes solicitar cita con tu médica o médico habitual y pedir una prueba del VIH. No tienes que darle motivos ni explicaciones para solicitarla y, por supuesto, el resultado es confidencial. En el sistema sanitario español está extendida la prueba ELISA de cuarta generación, que ofrece un resultado fiable a los 45 días de la práctica de riesgo.
También, si no tienes una entidad cerca o prefieres hacer la prueba en la intimidad de tu casa, puedes solicitar una prueba de autotest a través de nuestro servicio de EnVIHos.